sábado, 18 de abril de 2009

Bulerías en el Konzerthaus (segunda parte)

Toca comentar la segunda parte del viernes, que anoche se vino el tiempo encima y hubo mucha tarea. Justo antes de comer aterrizamos en el Museo de la Música (Haus der musik, creo recordar), donde lo más destacable fue el desastre monumental de nuestros pequeños criminales (nota del autor: véase como las referencias a los alumnos van subiendo de tono cada vez) dirigiendo a la Filarmónica de Viena en el “juego” interactivo que había de demostración. A todos, sin excepción, les echaron del podium los músicos con pateos y abucheos



Después de toda la paliza de la mañana tocaba comer. Cómo no, las elecciones mayoritarias de los zánganos y zánganas fueron restaurantes típicamente austriacos, como Burguer King o McDonald’s. Pero no sólo sucumbieron ellos, sino también los profes (hartos de andar de un lado para otro) fuimos devorados. Algunas incluso se emocionaron y todo con la experiencia.



Y de ahí nos fuimos camino de una de las mejores experiencias del viaje, el concierto en el Konzerthaus de la Orquesta de cámara de Viena, con el oboista granadino Ramón Ortega como solista. Como decíamos el primer día, los españoles nos hacemos notar allá por donde vamos, y al terminar el muchacho la interpretación del concierto para oboe de Mozart (qué bien tocaba el jodío) le echamos literalmente “en lo alto” una de las mayores y más largas ovaciones que se pueden haber dado en la sala´, incluso con palmas a lo “1-2-3, 1-2-3” (faltaba la gitana de lo alto de la tele con la peineta). Los “simpáticos-afables-sonrientes-ycosaspeores” vieneses de la orquesta y del público nos miraban como diciendo “¿y a estos qué les pasa?”. Eso sí, Marta y yo sostenemos que lo que estarían diciendo sería más bien (léase con duro acento germánico): “ya están otrrra vezz los españolosss de las narrricesss”…





Terminado el concierto nos fuimos de nuevo a cenar al “Planeta Himmelpforte”, otro nido de gente amable y servicial (si les miras te muerden la yugular). Eso sí, su primer rasgo de simpatía de la semana fue que nos dijeron “OK” a la proposición de sacarle una tarta a David por su cumpleaños (aunque el detalle del lanzallamas en lugar de la vela les delató bastante).



Y de nuevo metro abajo camino de Westbahnhoff, la parada junto a la que se encuentra nuestro hostal. Pero hoy hay que hacer justicia y dedicar al menos el final de esta entrada a nuestro grandísimo Alfonso, que nos salva la vida a cada instante con su dominio del alemán. Cuando lleguemos a casa publicaré una sorpresa con vídeo y audio que demostrará cómo se lo ha currado durante estos días…



Gracias de parte de todos por vuestros comentarios ! Nos hace mucha ilusión leerlos. Volveremos con la narración de la jornada del sábado, que promete mucho.

2 comentarios:

  1. Restaurantes típicos como McDonald y Burguer King, jeje para variar!

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  2. Como suponíamos la espera valió la pena; más arte no se puede aguantá.
    Nacho, eres un crack !!!!Seños, sois lo más!!!
    Saludos a nuestro "notanangelito" Tatonio.
    Disfrutad todo lo que podáis mañana y bueeeeen viaaaaaaje!!!
    Esperamos ansiosos la "última entrega".
    XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

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